Habitual en mamíferos y forma casi toda la humana, que en ocasiones es amarilla por el contenido de carotenos. Consiste en adipocitos organizados en lobulillos que se encuentran separados entre sí y sostenidos por formaciones de tejido conectivo laxo llamados tabiques. Los adipocitos evitan la pérdida de calor y actúan como reserva de energía. En cierto modo, puede considerarse como un órgano voluminoso, metabólicamente activo que participa en la captación, la síntesis, el almacenamiento y la movilización de lípidos neutros (grasa). Los adipocitos del tejido adiposo están provistos de capilares abundantes y además son ricos en mitocondrias. La célula aparenta un anillo con sello (núcleo aplanado, el sello) y el tejido en conjunto semeja una alambrada de gallinero. La grasa almacenada que se pierde durante la fijación, desplaza al citoplasma con sus organelos y al núcleo, hacia la periferia. Por ello se observa como un espacio limitado por una delgada capa de citoplasma. Por su aspecto también se denomina tejido adiposo unilocular.