No produce síntomas y suele detectarse durante exámenes rutinarios en pacientes aparentemente normales, o durante la evaluación de otros procesos no relacionados.
Es importante para los médicos y para el paciente determinar si la gammapatía monoclonal permanece estable (es benigna) o si progresa a MM o procesos relacionados (existe riesgo de transformación a un mieloma múltiple incluso 30 años tras el diagnóstico de GMIS). Como no es posible predecir cuándo se producirá la transformación maligna, o incluso si llegará a producirse o no, los pacientes que tengan una gammapatía monoclonal de significado incierto deben ser seguidos durante un largo periodo de tiempo.