Resultado de una infección causada por la bacteria Rickettsia conorii y transmitida por la garrapata Riphicephalus sanguineus. Esta fiebre es endémica en muchos países de la cuenca mediterránea.
Tras un período de incubación de 1 a 3 semanas, la enfermedad comienza de forma súbita con escalofríos, fiebre alta, dolores articulares y musculares, dolor de cabeza y fotofobia. A los 3 - 5 dás se producen lesiones cutáneas (exantema con escara de color oscuro) que pueden aparecer en el lugar de la picadura de la garrapata o en otras zonas de la piel, siendo característicos en tronco y extremidad.